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Aprender a tocar un instrumento como el violín me ha aportado muchas cosas que me ayudan en mi día a día: la constancia, la organización, la disciplina de practicar cada semana, tocar frente al público, tocar con más personas en la orquesta... En ocasiones, el violín también me ayuda a desconectar y relajarme en momentos de estrés.

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Estoy muy orgullosa de pertenecer al 3% de alumnos que consiguen superar el Grado 8 de la ABRSM antes de los 16 años, y estoy especialmente orgullosa de haber obtenido la máxima calificación en el examen (Distinction).

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El siguiente reto que me he propuesto es obtener el Diploma Profesional en menos de dos años.

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Te invito a escuchar una de las últimas piezas que he aprendido: